Muchos fans alemanes de Rammstein revenden sus entradas tras escándalo de presuntos abusos del vocalista Till Lindemann
La banda alemana de metal Rammstein se enfrenta a una grave crisis de imagen tras las acusaciones de abusos sexuales que pesan sobre su vocalista, Till Lindemann. Según varios testimonios, el cantante habría drogado, intimidado y agredido sexualmente a decenas de jóvenes fans en fiestas posconcierto organizadas por una responsable de casting que ya ha sido despedida por el grupo.
Ola de indignación
El escándalo ha provocado una ola de indignación y decepción entre los seguidores de Rammstein, que han expresado su rechazo a apoyar a un artista que presuntamente ha cometido actos tan deleznables. Muchos de ellos han decidido revender sus entradas para los próximos conciertos de la banda, que se celebrarán esta semana en varias ciudades alemanas, incluso a precios inferiores a los de compra.
La banda podría cancelar la gira
La situación es tan delicada que algunos medios han especulado con la posibilidad de que Rammstein cancele su gira o incluso se disuelva. La banda, que en un principio negó tener conocimiento de los hechos, ha emitido un comunicado en el que defiende el derecho a la presunción de inocencia de Lindemann y condena cualquier tipo de agresión. Además, ha pedido a sus fans que se sientan seguros en sus espectáculos y que no participen en juicios públicos contra las víctimas.
No convencen a muchos fans
Sin embargo, estas palabras no han convencido a muchos de los aficionados, que consideran que la banda ha actuado con hipocresía y cinismo. Algunos han anunciado que boicotearán los conciertos o que protestarán durante los mismos. Según algunas informaciones, hay planes para que los fans se arrodillen al final del show en Múnich y canten una canción de apoyo al grupo, mientras que otros podrían abuchear o silbar al cantante.
La justicia alemana investiga las denuncias presentadas por varias de las supuestas víctimas
Mientras tanto, la justicia alemana investiga las denuncias presentadas por varias de las supuestas víctimas, que han relatado sus traumáticas experiencias con Lindemann. El cantante, de 60 años, también ha sufrido las consecuencias profesionales de su escándalo: una editorial que había publicado tres libros de poemas suyos, muchos de ellos con contenido explícito y violento, ha roto su contrato con él y ha retirado sus obras del mercado.