Andrew Garfield como Spider-Man
Andrew Garfield, mientras encarnaba a Spider-Man, admitió que el traje le resultaba irritante y poco favorecedor. La presencia constante de paparazzi durante el rodaje agravaba la incomodidad, especialmente al saber que su atuendo no dejaba nada a la imaginación y era capturado desde todos los ángulos. La sensación de ser observado constantemente agregaba un nivel de incomodidad adicional a la experiencia de interpretar al querido superhéroe.
Anthony Daniels como C3PO
Anthony Daniels vivió una odisea interpretando a C-3PO en «Star Wars». El traje de 19 piezas requería un engorroso proceso de ajuste y montaje que consumía más de dos horas. Una vez puesto, permanecer en el traje durante todo el día de rodaje era agotador; sentarse o relajarse era imposible. El traje no solo representaba riesgos de caídas, sino que, en un incidente, un fallo en la batería casi lo lleva a ser «asado vivo». Una verdadera saga dentro de la saga.
Arnold Schwarzenegger como Mr. Freeze
El proceso para transformar a Arnold Schwarzenegger en Mr. Freeze fue una odisea. Once personas invertían hasta seis horas para enfundarlo en el traje, lo cual implicaba afeitarse la cabeza y usar lentillas azules. Sin embargo, lo peor resultaron ser las pequeñas luces LED alrededor de sus dientes para un efecto visual. Estas luces, lejos de ser útiles, resultaron peligrosas. Las pilas LED comenzaron a gotear ácido sobre la lengua de Schwarzenegger, forzando a improvisar una solución con un globo entre la pila y sus encías para evitar mayores daños durante el rodaje.
Benedict Cumberbatch como Sherlock
Benedict Cumberbatch, mientras encarnaba a Sherlock, enfrentaba un dilema con los elegantes trajes del personaje. A pesar de su apariencia impecable, esos trajes bien cortados resultaban incómodos. Las cinturas ajustadas dificultaban su respiración y digestión, una experiencia nada agradable. Además, llevar ropa similar en su vida diaria se volvió complicado por el riesgo de ser reconocido con facilidad en público, limitando su libertad para usar prendas que antes disfrutaba. El actor lamentó no poder lucir un abrigo similar al de Sherlock en público, un pequeño pesar ligado al éxito del personaje.
Jennifer Aniston como Rachel Green
¡Qué ironía! El famoso corte de pelo «La Rachel» que inspiró a tantas mujeres fue el tormento de Jennifer Aniston. Aunque se convirtió en un fenómeno, ella lo odiaba. Mantenerlo era una pesadilla sin ayuda profesional, y Aniston llegó a calificarlo como «el corte de pelo más feo que he visto nunca». En una situación extrema, prefirió raparse la cabeza antes que llevar el Rachel por el resto de su vida, una muestra de cuánto lo detestaba.
Jennifer Lawrence como Mystique
Jennifer Lawrence vivió una transformación extenuante para interpretar a Mística en ‘X-Men’. El proceso, que podía extenderse hasta ocho horas, resultaba agotador. En la primera película, una reacción alérgica severa a la pintura azul la dejó con ampollas, requiriendo la intervención de un médico en el set. A partir de entonces, optó por un body completo para evitar la pintura directa en la piel, aliviando el proceso, aunque seguía siendo desafiante.
Jim Carrey como el Grinch
Jim Carrey, en su papel como el Grinch, sufrió una transformación literalmente agobiante. El traje de pelo de yak verde requería más de ocho horas para ponerse, una experiencia que él comparó con «ser enterrado vivo». A punto de rendirse, un experto en resistencia a la tortura le ayudó a sobrellevarlo. Aunque Carrey se mantuvo cuerdo en las 100 ocasiones que usó el disfraz, los estallidos de ira lo llevaron a que su maquillador abandonara el proyecto.
Kit Harington como Jon Nieve
Durante una entrevista con Stephen Colbert, Kit Harington dijo que la capa de Jon Nieve en ‘Juego de Tronos’ «pesaba una tonelada» y «olía fatal». También especuló en broma que añadían peso a la pieza cada año, porque «la diseñadora de vestuario Michele [Clapton] odia a los actores.» Clapton reveló más tarde en una entrevista para Vogue que la capa era cada vez más pesada para reflejar el creciente estatus de Jon.
Miley Cyrus como Hannah Montana
Miley Cyrus, mientras encarnaba a Hannah Montana, lidió con estándares de belleza irreales. La presión de lucir una melena rubia larga y prendas ajustadas con brillo no coincidía con su propia imagen. En sus propias palabras, interpretar a una chica de 16 años con peluca y exceso de maquillaje la hizo sentir vulnerable, comparándolo con el mundo superficial de ‘Toddlers & Tiaras’. Esta experiencia la llevó a cuestionar su autenticidad y a sentirse fuera de lugar en su propia piel.
Oscar Isaac como Apocalipsis
Oscar Isaac, al sumergirse en el papel de Apocalipsis, enfrentó un desafío monumental. El traje de 40 libras, compuesto por látex y pegamento, limitaba su movimiento y visión, impidiéndole interactuar con sus talentosos compañeros de reparto. Aislado en una suerte de tienda refrigerada entre escenas, su oportunidad de trabajar con grandes actores se vio opacada por las limitaciones del disfraz. Al final del día, horas adicionales se destinaban a limpiar el pesado maquillaje, una tarea agotadora después de un día ya de por sí extenuante.
Patrick Stewart como el Capitán Jean-Luc Picard
El traje de Patrick Stewart como el Capitán Picard fue más una molestia que un atuendo. La lycra ajustada que le daba ese aspecto «liso y sin arrugas» era literalmente un dolor de espalda para el actor. Después de la advertencia seria de su quiropráctico sobre los posibles daños a su columna vertebral, los productores se deshicieron del traje. Resultó que, para lograr esa apariencia perfecta, habían confeccionado el traje una talla más pequeña, causando tensión y molestias en el cuello, los hombros y la espalda de Stewart.
Paul Bettany como Visión
Paul Bettany experimentó desafíos intensos al interpretar a Visión. El casco ajustado afectaba su audición y respiración, generando molestias y dolor. El proceso de ponerse el traje llevaba tres horas y media, pero al final del día, lograba quitárselo en tan solo 30 segundos. Su estrategia para mantener la cordura era recordar la larga lista de actores que anhelarían estar en su posición, enfocándose en la fortuna que tenía de interpretar ese papel. Su perspectiva ayudaba a mantenerlo centrado a pesar de las incomodidades.
Robert Downey Jr. como Iron Man
El icónico traje de Iron Man, diseñado inicialmente para ser práctico, resultó ser un desafío para Robert Downey Jr. En la primera película, las luces LED del casco eran cegadoras, como él mismo describió en una entrevista con David Letterman. Con el tiempo, Marvel optó por usar más CGI en lugar de poner a Downey Jr. dentro del traje en las secuelas, aliviando la incomodidad del actor pero manteniendo la autenticidad visual del personaje.
Sean Astin como Samwise Gamgee
Sean Astin enfrentó desafíos épicos interpretando a Samwise Gamgee. No solo tuvo que lidiar con el desafío de aumentar de peso para el papel, sino también con la pesada carga literal de la mochila de viaje de su personaje. Arrastrando esa mochila durante incontables horas diarias durante dos años, la libertad de movimiento era solo un sueño. Además, los pies peludos de hobbit obstaculizaban las escenas de acción, convirtiendo la aventura en una tarea complicada.
Tom Felton como Draco Malfoy
Tom Felton, el intrépido intérprete de Draco Malfoy, enfrentó una batalla constante con su pelo moreno para mantener el icónico rubio platino del personaje. Teñirse cada diez días se convirtió en una rutina desafiante, aunque su cabello, según él, mostró una resistencia sobrenatural, logrando sobrevivir al proceso. Para el actor, el mantenimiento del cabello fue el aspecto más arduo de personificar al astuto y rubio Malfoy en la saga de Harry Potter.